martes, 25 de febrero de 2014

Rosquillas de anís y aguardiente caseras

Cosas que hacer en Domingo: ¡Día de Repostería!

Pues sí, hoy traigo la receta que utilicé este domingo pasado en casa de mi futura suegra para hacer unas rosquillas caseras con un toque de anís y de aguardiente. Y por supuesto, utilicé mi regalo de Reyes de este año, mi robot de cocina Bosch Mum 5!! (Pero por supuesto, si no hay robot, no pasa nada, se mezcla a mano con una varilla y luego se amasa como hacían nuestras abuelas).

Ingredientes:

600 g de harina fina de trigo
4 huevos medianos
6 cucharadas soperas de aceite de oliva suave
50 mL de leche a temperatura ambiente
20 mL de aguardiente
25 mL de anís o un puñadito de semillas de anís.
10 cucharadas soperas colmadas de azúcar blanco
1 cucharadita de sal
1 sobre de levadura Royal
1 limón (ralladura)
1 naranja (ralladura)
30 g de azúcar glaseé

Elaboración:

1. Mezclamos los huevos uno a uno con el azúcar y la sal. Cuando tenga una consistencia espumosa y bien mezclada, continuamos.

2. Añadimos la leche.

3. Una vez la lecha está bien integrada en la mezcla añadimos el aguardiente y el anís. En caso de no tener anís en botella, podemos añadir un puñadito de semillas de anís.

4. Tamizamos la harina fina de trigo y la mezclamos con la levadura.

5. Añadimos a nuestra mezcla la mitad de la harina con levadura y reservamos el resto. Batimos bien con las varillas hasta que esté bien mezclado.


6. En este punto añadimos las ralladuras de limón y naranja que le darán un toque cítrico muy rico a nuestras rosquillas.

7. Incorporamos el aceite de oliva.

8. Por último, añadimos el resto de harina con levadura y mezclamos bien con el garfio amasador de nuestro robot, o bien a mano. 


9. Damos forma a nuestras rosquillas. La masa ha de quedar consistente pero no seca. Es normal que se pegue algo y cueste un poco de trabajar, para ello nos pondremos un poco de harina en las manos o unos toquecitos de aceite de oliva (no mucho porque sino será imposible dar forma a las rosquillas).

10. Freímos las rosquillas en abundante aceite de girasol bien caliente. Mejor hacerlas de poco en poco y así evitaremos que se quemen mucho. [Este punto lo hizo mi novio que es muy mañoso :))]

11. Iremos colocando las rosquillas fritas sobre un plato con papel de cocina absorbente para que no queden grasientas.

12. Y les espolvoreamos azúcar glaseé.


¿Y qué hacía mi pequeño frenchie en esos momentos? Pues suspirar por una de estas rosquillas... Pero como tenían azúcar... le tocó un premio canino de consolación! jajaja


Son geniales para desayunar o merendar con un vaso de leche!

Espero que os gusten! ñam!

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